Friday, December 02, 2005
Yo lo conocí: Jaime Barros Pérez CotaposSe murió finalmente el doctor Barros, un viejo hippie a los noventa y tantos años, claro que no podía morirse de viejo -porque nunca lo fue- así es que murió de cáncer.
Jaime Barros Perez Cotapos era amigo de juventud de mi mamá, en los lejanos años 40 en Viña del Mar y donde la encontraba se ponía a piropearla "aquí viene la niña más rica de toda Viña del Mar", seguramente lo hacía con los ojos del recuerdo porque en esa época (principios de los 80) ya ambos estaban más que pasaditos.
Era un tipo extravagante y extremadamente simpático que a todo el mundo trataba de "hermano", un fósil en cuanto a ideas políticas, me tocó verlo desconcertado cuando vino Tomás Moulian a Arica haciendo la campaña presidencial de Gladys Marín, tan desconcertado como todos los viejos comunistas que allí fueron a estrellarse con un desencantado y realista Moulian.
En su época fue parlamentario y uno de los más pintorescos de su generación, iba a las sesiones con poncho y sombrero huaso y saludaba a todo el mundo con un "¿como estaca?, ¿como le vaca?", era el favorito de la prensa con sus discursos rimados, hasta que el 1973, luego del golpe le dijeron que se tenía que ir de Valparaíso, que eligiera entre Arica o Punta Arenas. Nada de tonto don Jaime eligió Arica, donde se instaló de lleno en nuestra vida social siendo socio activo del "Grupo de amigos del carrete" durante décadas.
Con la plata que trajo se compró una casa modesta y un auto ostentoso (para la época), un Oldsmobile deportivo que mandó a pintarrajear completo con flores y monos sicodelicos, en el parachoques trasero tenía una absurda leyenda "no se vende" ¿quien iba a querer comprar ese mamarracho?.
Era el doctor de los pobres porque a ningún pobre le cobraba, aunque mi mamá decía que de doctor le quedaba muy poco: recetaba la imperialista Coca-Cola contra la fiebre de los niños, tecito puro y parches de papel de cigarrillo, entre otras cosas raras. Curiosamente y al contrario de sus colegas más ortodoxos, los niños se mejoraban, o al menos no empeoraban como ocurre con muchos otros pediatras de Arica.
Más que médico era un actor y un payaso, lo que lo ennobleció particularmente. Su consulta pediátrica estaba llena de columpios y sus ideas políticas eran simplemente para la risa. Fue nombrado Hijo Ilustre de Arica como correspondía porque se convirtió en arquetipo del buen ariqueño, cultivador de amigos de toda tendencia política, bueno para el carrete y la conversa, amante de la mesa y la tertulia.
En fin, se murió otro gran ariqueño, Jaime Barros Perez Cotapos, antecesor y sobreviviente de los hippies, comunista, aristócrata, médico de los pobres y el amigo de todos. Yo lo conocí.
Nota: más de algún lector antiguo recordará el programa radial del gran Tito Mundt "yo lo conocí", nada hay nuevo bajo el sol, el título y la idea simplemente los copié porque me parecieron muy buenas y creo que es interesante dar una silueta personal de algunos grandes ariqueños que he tenido la suerte de conocer
Aunque es arriesgado, seguiré escribiendo acerca de ariqueños vivos, todos los muertos son buenos y nadie los discute pero son los vivos quienes hacen las cosas aquí y ahora. En esta oportunidad voy a contarles acerca de alguien a quien conozco muy bien, es uno de los más nombrados tanto en el sector público como privado, ariqueño por opción como la mayoría de nosotros, y tal vez el más polémico de los nombres que aparecen en nuestra ciudad. Con Gabriel Abusleme no hay términos medios, o se le admira o se le odia. Son muchos años de historia que en cierto modo reflejan la suerte del empresariado en nuestra ciudad y una trayectoria pública menos conocida dentro del CORE y el Sistema Nacional de Inversiones. Muchas decisiones de inversión pública pasaron por sus manos cuando fue uno de los consejeros de más influencia dentro del Gobierno Regional, pero vamos a la historia que refleja un poco la propia historia de Arica desde el boom industrial hasta nuestros días.
Su vida ha estado siempre ligada al comercio y dice que se crió junto al mostrador en la tienda de su padre, llegó a Arica en los años dorados de la industria pasando por una importadora, una fábrica de jeans hasta hacerse cargo de la gerencia de la -entonces pequeña- importadora de propiedad de su amigo don Zvi Posner. De esta improbable unión de un descendiente de palestinos con un judío surgió una amistad y una historia de éxitos en los negocios que duró muchos años.
No es fácil hablar objetivamente de la persona que me dió mi primer trabajo, un montón de oportunidades y que obviamente es un buen amigo mio, pero trataré de mantener el equilibrio porque creo que la persona y el personaje valen la pena de conocer. De aspecto ceñudo, quienes lo conocen saben que es muy bueno para hacer bromas, durante los años duros del Gobierno Militar, cuando el General Pinochet llegó de visita a la ZOFRI con un impresionante despliegue de seguridad, entra a la Importadora California con su gesto adusto y escoge unos regalos para los nietos, que se le venden a precio de mayorista, cuando el General se está despidiendo Abusleme toma una gran culebra de madera y se la pasa "General, llévese esta para que se la regale a su Ministro de Economía". Por un segundo todos perplejos y medio asustados hasta que una carcajada de Pinochet relajó todo el ambiente. Desde ese día fueron buenos amigos.
Esa misma pachorra es la que lo ha llevado a tener amigos en los más encumbrados círculos del poder político y económico, la misma con que impresionaba a los altos ejecutivos en sus muchos viajes de negocios alrededor del mundo, su secreto es tratar a todos de igual manera sin distinción de rango o condición social. Nunca cayó en la tentación del esnobismo como le pasa a tantos piojos resucitados y no tiene el menor problema para viajar en bus o comerse un completo a pocas horas de estar en algún lugar del lujo más refinado. También tiene amigos en todo el espectro social, desde encumbrados ministros y empresarios hasta picantes como yo mismo.
Fué candidato a senador en los noventas y le fue mal, seguramente por su costumbre de decir lo que piensa, lo que sumado a un filudo ingenio lo hace extremadamente certero cuando discute con alguien. Si hay algo que una persona no perdona fácilmente es ser aplastado por alguien más inteligente en una discusión y Abusleme ha dejado muchísimos heridos en ese camino, especialmente entre "servidores públicos" con poca capacidad y buenos contactos políticos, esos son los que le temen y sus más enconados enemigos. Así fué durante el Gobierno Militar y así mismo es ahora.
Es increible como desperdiciamos en Chile nuestro propio capital humano, no es un asunto de partidos porque ocurre en la derecha y en la izquierda, parece que los mejores nunca llegan al poder. Probablemente no hay otro ariqueño con claridad de ideas, conocimiento del mundo, de los negocios o con los contactos nacionales y extranjeros que tiene Abusleme ni ha habido otro Consejero Regional con un nivel de desempeño equiparable, uno de nuestros mejores activos sin aprovechar. Yo lo conocí.
Ya sabemos que en Arica se acostumbra a rendir homenajes a la gente después que se mueren, así es como en ediciones pasadas escribí una semblanza de grandes ariqueños que ya no están: Juan Guillén Canales, Percy Dauelsberg, Jaime Barros Perez Cotapos.
Esta vez me voy a arriesgar a escribir sobre un gran ariqueño que todavía no se convierte en santo, porque está muy vivo y con cuerda para rato. Me refiero al conocido "Paco" Melús Oñate.
A don Paco Melús lo conocí no hace mucho en su oficina de Cordenor, cuando estaba trabajando en el Mar de La Paz, un proyecto que nació basado en una idea suya que se trae desde hace muchos años. Yo iba por un ratito para conversar sobre algo específico pero la cosa se puso entretenida y estuve por lo menos un par de horas escuchando. Volví a Arica de los sesentas, hicimos el recorrido completo desde el Puerto Libre, la ciudad pequeña y polvorienta adonde llegaron los hermanos Melús desde España y a las primeras industrias donde siempre don Paco tuvo algo que ver.
Me contaba de los inicios de la pesca industrial, cuando en la playa Chinchorro, haciendo honor a su nombre, se pescaba con enormes redes (chinchorros) arrastradas por una camioneta, así como de sus primeras aventuras mineras describiendo una topografía que él conoce como la palma de su mano después de décadas de explorar y trabajar an la zona.
Me contó también de su mina de azufre adentro del crater de un volcán a casi 6.000 metros sobre el nivel del mar y de la extraña capacidad premonitora de sus trabajadores aimaras que "sabian" cuando él iba a llegar sin necesidad de teléfonos ni radio, del enorme cariño que tuvo por esa gente que trabajó junto a él durante tantos años y de las posibilidades turísticas del altiplano.
También relataba don Paco como en esos años se circulaba libremente entre Arica y Tacna, sin complicaciones de controles ni fronteras. Tal vez de ese recuerdo viene su obsesión por ver a Arica convertida en una ciudad internacional donde chilenos, peruanos y bolivianos desarrollen libremente sus actividades sin la maraña de papeles y restricciones artificiales que hoy nos asfixian.
Hicimos un recorrido por todas las antiguas familias de notables, pelándolos prolijamente uno por uno; los Bellet cuyo hijo Jorge fue un científico de talento mundial además de -como no- socio de don Paco, hablamos del Commendattore Gino Rossi, Hugo Mozó, Gastón Cavada, Emilio Gutierrez, Enzo Bolloco y tantos otros que hicieron las bases de lo que hoy somos con sus primeros emprendimientos.
Luego don Paco pasó a su tema favorito: los proyectos que vive soñando para la ciudad de Arica, un megapuerto, un tren turístico y la ciudad internacional. En ese momento uno se olvida que está ante una persona de ochenta y tantos años porque el entusiasmo lo desborda, me pide papel y lápiz y, mientras habla, va ilustrando las ideas, es increíble como el papel queda repleto de dibujos y números, reflejo de todo lo que está bullendo por su cabeza en esos momentos. Imposible no contagiarse con el entusiasmo y la sabiduría práctica de toda una vida de armar empresas, de truinfos y fracasos.
Unos días después me lo encontré en un cóctel de inauguración con el mismo dinamismo y el chiste en la punta de la lengua, sospecho que don Paco debe venir de Andalucía porque no tiene nada del español fúnebre y malhumorado que solemos conocer en Chile.
Volví a verlo en la reunión de un comité del Gobierno Regional, donde don Paco imprudentemente tomó la palabra y se puso a hablar contra el centralismo ante el reducto más acerrimo de los centralistas, todos ellos nombrados en negociaciones de palacio, en Santiago. Un silencio incómodo y risitas forzadas recibieron sus vehementes palabras de luchar contra el centralismo y hacer un comité para lograr "en una semana" lo que se estaba pidiendo. Me dieron ganas de decirle "no se gaste don Paco, esos eran otros tiempos", la verdad es que don Paco Melús Oñate es un personaje de otro tiempo, participó activamente en de la época de oro de Arica y todavía pelea como su compatriota el Quijote para que todo eso vuelva otra vez a nuestra querida ciudad. Lo único que puedo decir al respecto es: don Paco, cuando yo sea grande quiero ser igual que usted.
Cada 31 de diciembre en la noche Juan Silvestre Guillén Canales celebraba apurado la víspera de su cumpleaños, pasado medianoche iba a saludar a sus vecinos (mis suegros vivían en la casa del lado) y luego salía raudo a animar la partida de la Maratón de San Silvestre tal como lo hacía desde 1954. Era una de las muchas tradiciones que los ariqueños teníamos tan arraigadas que ni nos imaginábamos que pasaría el día que JG ya no estuviese entre nosotros.
Otra de las grandes tradiciones en que Juan Guillén resultaba indispensable era en los funerales, especialmente cuando se trataba de algún colega ferroviario donde su discurso fúnebre dejaba a todos emocionados y de algún modo conformes. ¡Que difícil tarea para aquellos que tuvieron que hablar en su funeral! más de uno debe haber sentido la presencia crítica de JG corrigiéndolo, como diciendo "no está mal, pero yo lo hubiese hecho mejor".
Juan Guillén encarnaba para mí todo lo que es el verdadero ariqueño, cantaba a todo pulmón tangos y boleros que se escuchaban en varias casas a la redonda, sencillo, humilde y por sobre todo un gran cultivador de la amistad. El "hombre del millón de amigos" como lo conocíamos vivió y murió pobre a pesar de haber sido hombre público en momentos fundamentales de la ciudad. Solo dejó de herencia su reputación de hombre bueno y amigo como ninguno.
Juan Guillén fue siempre un líder nato, un líder positivo porque tenía ideales muy por encima de la ambición personal o el enriquecerse, estuvo en la política siendo regidor por el Partido Liberal durante dos períodos (1960-1963, 1963-1967), sin embargo jamás se le conoció una actitud sectaria, oportunista o prepotente en la que caen tantos de los que ingresan a la política.
Es innumerable la cantidad de causas por las que trabajó, los clubes y asociaciones que apadrinó -partiendo por el Centro Hijos de Arica del cual fue fundador- y hacia el final de su vida por el Club de Deportes Arica al que jamás le perdió la fe y donde trabajó tantos años.
Los que recordamos la época de la radio también sabemos la importancia de Juan Guillén en el campo del periodismo deportivo en diarios y radios de la ciudad, cuando nos encontábamos por la calle solía saludarlo con su frase característica "adelante con la información Juanito, desde la cancha" y JG jovial contestaba "que tal la muchachada", por algo en los años 40 fue elegido el mejor periodista deportivo de chile. Fue Director de la recordada Radio Arica y trabajó en diversos medios de prensa locales y nacionales.
Sería interminable recopilar todo lo que hizo este gran ariqueño, si he colocado algunas pocas cosas y omitido muchas -su participación en el Campeonato Mundial de Fútbol del 62 o en las Fiestas de la Primavera por poner solo dos ejemplos- es solo para refrescar la memoria de las generaciones más jóvenes que no tuvieron la suerte de conocer su trayectoria. Más importante me parece resaltar el lado humano y el ejemplo que nos dejó, admirable para todo buen ariqueño: Juan Guillén fué un caballero y un soñador, tuvo el sueño de ver a Arica grande y pujante, tuvo la suerte de vivir en parte ese sueño durante los años de la Junta de Adelanto Dedicó su vida a ese sueño y nos regaló su interpretación del Himno de Arica, escrito por su amigo el periodista Pedro Ariel Olea, solo eso hubiese bastado para que Juan Guillén viviese por siempre entre nosotros, sabemos que hizo mucho más, pero todavía nos estremece escucharlo cantar las estrofas de nuestro himno.
Que mejor fecha que el mes de junio para hablar de este Hijo Ilustre de Arica a quien le debemos nuestro himno, el más lindo de los himnos de ciudad en todo Chile y que se canta con una emoción tan difícil de entender para los que vienen de otras ciudades.
Conocí a don Pedro a fines de los noventas, en uno de sus varios viajes que hacía regularmente a nuestra ciudad para capear el invierno capitalino. Llegó acompañado de ese otro gran ariqueño que podríamos llamar la mitad restante de nuestro himno, mi vecino Juan Guillén Canales con quien andaban gestionando la producción de un librito con la historia del himno y sus anécdotas, se llamaba Himno de Arica 1955-1995.40 años en la voz de un pueblo.
Como buen poeta y periodista, don Pedro tenía una facilidad natural para la conversación y relataba de manera tán vívida las anécdotas que nos parecía estar allí mismo, en el lugar donde ocurrieron. Debe haber contado cientos de veces la historia de como estaba aproblemado en el Hotel Pacífico porque no se le ocurría ninguna idea para comenzar el himno y se lo comentó a un amigo que le dijo "¡pero hombre, como no se te va a ocurrir nada, mira este Morro imponente, mira el mar", y como si lo contara por primera vez los ojos de don Pedro se iluminaban, chasqueaba los dedos y la cara se le partía en dos con la sonrisa ¡eso era! "Es tu morro imponente besado por el mar" entonaba para luego agregar "de ahi me senté en el piano y al rato tenía listo el mejor himno que he escrito en mi vida".
Y sin duda que de todos los himnos que escribió don Pedro; la identificación de la marcha con el espíritu de Arica fue tan completa como la simbiosis entre don Pedro y nuestra ciudad, a la que tanto amó y que siempre lo recibió con cariño.
Poeta, músico y periodista don Pedro era hombre múltiple y activo miembro de la bohemia artística de los cincuentas, trabajó mucho en radio, que en esos años era el equivalente de nuestra televisión y estaba lleno de anécdotas de esa época. Escribió música para las ciudades de Iquique, Maipo, Temuco y Talca entre otras.
Ya viejo, solía aparecer por Arica en los inviernos donde lo encontrábamos en 21 de Mayo de barba blanca, terno negro y bastón, reunido con amigos practicando en el café esa actividad tan caracteristica de los ariqueños; la charla y el pelambre, no hay duda que con los años se convirtió en un auténtico ariqueño neto y en nuestra ciudad jamás perdió el cariño de la gente, era típico que en la calle lo saludara todo el mundo, lo conocieran o no.
Tal vez por eso en la ciudad causó tanta conmoción su enfermedad y su muerte. Y seguramente por lo mismo don Pedro dejó en su testamento la voluntad de que esparcieran sus cenizas en el Morro como se cumplió en un sencillo acto cargado de emoción. Ahora que se cumplen 54 años del himno de arica, me hago eco de lo que dijo el Alcalde en ese acto del Morro; "Don Pedro, los ariqueños nunca lo olvidaremos. Sus lecciones siempre fortalecerán nuestro andar. En esta mañana de sol, con la ciudad como telón de fondo, le digo una vez más: gracias por nuestro himno, que nos dio una identidad de ariqueñismo, de fe en el porvenir, y un fuerte sentido de chilenidad y sólido patriotismo”. Don Pedro Ariel Olea es uno de los grandes ariqueños de los que puedo decir con orgullo"yo lo conocí"
Es tu lema la paz y es tu grito libertad
tierra señalada de inmortalidad
Es tu morro imponente besado por el mar
Símbolo de Gloria, Patria y Lealtad,
En nuestro corazón hay un Himno vibrante para ti
Clamor de multitud juramento de fe en el porvenir
Tu noble pabellón con las glorias de junio se cubrió,
¡Arica! ¡Siempre Arica! ¡Siempre Arica, hasta morir!
Himno de Arica en MP3 Aqui
Video Himno de Arica Aqui
Los hermanos Pey Casado, Victor, Raúl y Diana llegaron a Chile en el "Winnipeg" el 3 de septiembre de 1939 junto con muchos otros refugiados de la Guerra Civil Española, justo cuando estallaba en Europa la Segunda Guerra Mundial.Victor y Raúl eran titulados de la Escuela de Ingenieros Industriales de Barcelona y apenas llegados al país comenzaron a trabajar muy modestamente. Durante su primer año en Chile don Victor obtuvo su primer trabajo calculando las estructuras para el "Hogar Español".
Paulatinamente el prestigio profesional de los hermanos Pey fue creciendo hasta que llegaron a instalar una trefilería de alambre de cobre, una maestranza para la fabricación de piezas para maquinaria de imprenta, luego se dedicaron a la construccion de casas y así fue como poco a poco fueron creciendo hasta convertirse en contratistas de grandes obras.Su primera gran propuesta fue el edificio central de la Ciudad del Niño Presidente Ríos y de allí siguieron como grandes contratistas de obras públicas.
Puertos, puentes, carreteras y edificios a lo largo del país fueron obra de 'Raúl Pey y Cía., Ingenieros'. A esas alturas los hermanos Pey ya eran chilenos de tomo y lomo.La relación de don Raúl Pey con Aica comienza cuando la Junta de Adelanto lo escoge para lo que sería su obra más monumental e importante: el puerto de Arica cuya construcción comenzó en 1960. El costo del puerto fue alrededor de 50 millones de escudos de la época y para su construcción se dinamitó gran cantidad de rocas del Morro, a fin de unir la Isla del Alacrán al continente formándose un rompeolas natural.
En 1965 estaban terminadas las obras fundamentales: el malecón, el molo y la explanada de la enorme “L” de 1.042 metros de largo. El rompeolas exterior está defendido por 8.325 tetrápodos de concreto armado de 16 toneladas de peso cada uno. Cuenta con cinco sitios de atraque para barcos de gran calado y uno para barcos menores de hasta 1.000 toneladas. Como todas las obras construidas por la Junta de Adelanto, el puerto se mantiene en óptimas condiciones hasta la fecha.Y Arica le quedó gustando a don Paúl, tanto que se quedó a vivir acá definitivamente.
La mayor parte del excelente trazado urbano así como nuestras obras de infraestructura más importantes llevan su sello pues fué el más talentoso Director de Obras Municipales que ha tenido la ciudad.Los hermanos Pey fundaron el año 1964 en Perú la importante empresa Ingeniería Civil e Industrial ICISA. En los años ochenta durante el Gobierno Militar don Raúl se trasladó por algunos años a Bolivia, volviendo posteriormente a Arica.
Su hermano don Victor Pey fue íntimo amigo del Presidente Allende y uno de sus más cercanos consejeros hasta el día de su muerte. En el año 1972 compró el diario "Clarín" y hace algunos años creó la fundación "Salvador Allende", callada y modestamente fue uno de los principales actores de la política chilena de esos años. Colaboró también activamente en el ocultamiento y fuga del poeta Pablo Neruda durante el gobierno de Gonzalez Videla , actualmente vive en España.
La vida de los hermanos Pey fue novelesca y llena de éxitos profesionales, pero los ariqueños que conocieron a don Raúl recuerdan principalmente su calidad humana, su falta de sectarismo y el cultivo de la amistad que finalmente lo llevó a convertirse en uno de los ariqueños más queridos.Quienes fueron sus amigos lo recuerdan principalmente como una buena persona, el doctor Renato Aguirre me relataba sobre sus dotes de inventor, los "tetrapodos" que todavía tenemos a lo largo de nuestra costa fueron su invento patentado "peynet", así como muchos otros inventos que corrieron distinta suerte, como un aparato para sostener a los cirujanos mientras operan, entre tantos otros.
También recordaba el doctor Aguirre su gusto por el buen vestir cuando solía pasear de punta en blanco por el antiguo Hotel Pacífico, y de cuanto le gustaba compartir sus conocimientos.Una delas últimas obras que le correspondió hacer fue el cálculo del reciclaje de nuestro actual Edificio Consistorial. Refiriendose a esta el arquitecto Jorge Gajardo dice " Cada vez miro esta escala y el Edificio recuerdo a uno de los ingenieros más importantes, no sólo por su capacidad profesional sino por su tremenda calidad humana Don Raúl Pey Casado, Hijo Ilustre de Arica e Ingeniero que realizó el cálculo del Edificio Consistorial".El conjunto de esas dos características:calidad humana y profesional, ademas del inmenso aporte creativo a la ciudad a traves de sus obras, hizo a don Raúl Pey Casado merecedor de la calidad de Hijo Ilustre de Arica, una ciudad que amó y a la que quedó atado, tal como muchas otras personas extraordinarias que han terminado estableciendose en nuestra ciudad.
Arica es una ciudad que despierta vocaciones y pasiones poco comunes en algunas personas. Es el caso de Percy Dauelsberg, quien durante muchos años manejó su agencia de aduanas en la planta baja del edificio de la Ex-Junta de Adelanto. De una familia conocida y muy querida en la ciudad, Dauelsberg llevaba además de los trámites aduaneros de su oficina, otra vida paralela inmerso en el estudio del pasado arqueológico de Arica.
No por ser autodidacta, el trabajo de Daulesberg fue menos valioso o dedicado. Hoy se le reconoce como uno de los grandes nombres de la arqueología regional, gracias a cuyos esfuerzos, junto con Guillermo Focacci y otros destacados arqueólogos extranjeros fueron claves en el descubrimiento y preservación de nuestro pasado remoto.
A fines la década de los cincuentas, gracias al esfuerzo propio junto a un grupo de pioneros se crea al Museo Regional de Arica, una iniciativa privada que de manera artesanal comienza a difundir boletines con los resultados de sus investigaciones al Museo de Santiago y otros en el extranjero. El entusiasmo y tesón de ese grupo de pioneros rendiría sus frutos muchos años más tarde, cuando Arica se convertiría en uno de los lugares top de la arqueología a nivel mundial como fruto de ese trabajo.
Dauelsberg fue uno de esos autodidactas que resultan mucho mas brillantes que los propios profesionales. Sin haber estudiado en la universidad fue profesor en las universidades de Chile, del Norte, Sede Arica y de Tarapacá. Muchos de los más destacados arqueólogos chilenos fueron formados por él y supo infundirles entusiasmo y traspasarles su gran conocimiento. Todo un ejemplo para esta época en que priman el credencialismo y los títulos oficiales por sobre el verdadero conocimiento.
Dauelsberg fué de los primeros en interesarse y desarrollar temas como las fases culturales de Arica y su cronología, que hoy son la clave de la comprensión de nuestro pasado remoto, la determinación de la existencia de un período formativo e importantísimos sitios como el sector de Faldeos del Morro y Alto Ramírez son fruto de su perseverancia y entusiasmo investigativo.
La inusual magnitud de la influencia del Tiawanaku en Arica es otro de los descubrimientos desarrollados tempranamente por Dauelsberg y el arquélogo ariqueño guillermo Focacci Aste, otro de los grandes estudiosos de nuestro pasado pionero del actual Museo de San Miguel de Azapa.
Como dice el profesor Oscar Aguilera, de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile: "resumiendo sus múltiples actividades en la Arqueología de nuestro país podemos precisar que (Dauelsberg) fue un riguroso arqueólogo de campo que se interesó siempre por dar a conocer los contextos culturales de los sitios que excavó. Si en un primer momento sus trabajos insistieron en los conjuntos alfareros excavados en los diferentes cementerios de Arica, muy pronto todos ellos formaron parte de unidades culturales más complejas que denominó fases. Así su esfuerzo mayor, además del estudio de los contextos, privilegiando los tipos alfareros, se concentró en organizar los cuadros cronológicos del desarrollo cultural de la primera región. En este sentido continuó y enriqueció los trabajos de Uhle y Bird; no olvidando nunca mencionarlos e insistir en el valor científico de ellos".
El legado de Percy Dauelsberg no queda solo en el valor científico de sus trabajos, es la pasión y el entusiasmo de un pequeño grupo de personas que cambió el curso de nuestra historia, dió valor a cosas que estaban olvidadas y hasta despreciadas, no cejó ante las dificultades ni se quedó en espera de "fondos" para seguir sus investigaciones. Ese entusiasmo que todavía se encuentra en un selecto grupo de ariqueños es el que rinde frutos duraderos. Con un entusiasmo que no muere ni espera recompensas materiales es como se alcanza lo verdaderamente valioso, así son los grandes ariqueños que iremos destacando mes a mes en nuestra web.